Eran esos ojitos almendrados que cada que me miraba
aceleraba mis latidos y hasta bloqueaba mi respiración
era invierno, con lluvias de esas que te mojan hasta el alma
y a pesar del frio en sus manos, el amor nos cobijaba
su pelo largo y su melena algo ya canosa... era inspirador
más su sonrisa en la lluvia me rendia el corazón
Dicen que estaban enamorados, decían que no se conocían
muchas cosas se dijeron, nosotros solo nos tocamos de la mano
nos reímos de todo, esa tarde de invierno, esa tarde de amor
ella unos años menos, el algo mayor, pero desbordantes de vida
ella le escribía y el la dibujaba con la mirada, ella era su musa
el olía sus miedos, ella sabía de sus sueños, los dos hicieron magia
el tiempo fue corto, intenso, quizás injusto, pero se amaron...
y la lluvia de sus risas, supero el invierno ...